En los concursos de belleza, algunas mujeres pueden destacar y ganarse el cariño del público debido a su carisma, personalidad y habilidades de comunicación, además de su belleza física y en reciente Miss Universe Colombia, la representante de Buenaventura, Lina María Hurtado fue una de ellas.
Desde que pisó suelo barranquillero, la comunicadora social se consolidó como una de las favoritas a obtener la corona en el certamen que se llevó a cabo esta sábado en el Centro de Eventos Puerta de Oro.
La también docente de comunicación para la paz fue una de las más aplaudidas en redes sociales. Y es que ha representado a nivel internacional con su voz en diferentes festivales del folclor, en Asia y Europa.
“En estos festivales hacía música tradicional del Pacífico. Cuando visitamos el Museo del Carnaval recordé toda esa historia que recoge el lugar y la templanza histórica que tiene la cultura caribeña. Es importante porque represento estas músicas bullerengueras: el mapalé y la cumbia. Principalmente soy vocalista de la música folclórica y tradicional del Pacífico”, precisó Lina en una entrevista realizada en un prestigioso medio de comunicacion costeño
Pese a terminar de tercera princesa, miles de usuarios en redes sociales expresando su inconformismo, pues, atribuyeron que la representación al certamen de belleza más importante del mundo debía quedar en manos de Hurtado, pero hoy es Camilla Avella de Casanare la que tendrá esa responsabilidad.
En una reciente entrevista concedida a Semana, Lina María Hurtado, aclaró que no se trató de un “robo” como mencionaron varios usuarios en redes sociales sobre la corona.
“Realmente no, me siento muy satisfecha con el trabajo y la decisión que se tomó. Sé que el jurado hizo lo mejor posible para tomar esa decisión de quién iba a representar a Colombia en Miss Universo”.
Sin embargo, uno de los datos más relevantes e inesperados fue sobre lo que intentó hacer con su piel durante su infancia, al punto de echarse cloro para aclararla.
“Lo hacía a escondidas de mis padres. Y lo usaba porque se supone que es un blanqueador y lo blanco era lo bueno. Siendo niña, y en medio de lo ilógico que podía ser, me lo aplicaba y me frotaba. Y me hice mucho daño en la piel. Y ahora intento devolverle a mi cuerpo esa deuda y ese amor propio”.
A raíz de esto, la bonaverense, expresó que ahora es inspiración para otras niñas que también han mostrado rechazo hacia su color de piel.
“Y lo hago contándoles a otras niñas que han pasado por lo mismo porque me lo han dicho en mis redes sociales que hay otros caminos. Muchas de ellas me dicen que incluso se han enfermado por hacer esas cosas. Es algo que sigue pasando. Ahora mismo estoy iniciando con mi marca de productos para el cuidado de la piel y el cuerpo. Para inspirar a otras niñas y que haya una resignificación de quiénes somos”.
Su belleza impactó y logró cosechar miles de admiradores que aún siguen compartiendo sus fotografías en redes sociales. Reveló que sus medidas son 86, 59, 95.
“Por genética, mis caderas son más grandes, se salen de lo que el mundo de la moda suele mostrar. Quería que cada persona que me viera encontrara una cualidad similar a sí mismos. No quería mostrar un cuerpo que se volviera un modelo que otras mujeres quisieran tener, y que les impliquen dietas y cosas extenuantes para bajar de peso. No quería inspirar eso, sino amor propio”.
El racismo aún es palpable en el país y en mundo. Lina llegó a sufrir bullying por esto, lo que la llevó en un momento de su niñez a odiar ser negra.
“Eso me pasó cuando estaba en la infancia. Mis papás trataron en lo posible de mostrarme lo valioso que era ser una mujer negra, de cuánto me tenía que amar y aceptarme. Pero, los niños eran crueles y había bullying y me costaba aceptarme tal y como era. Siempre llegaba del colegio con ganas de arrancarme la piel y fue un proceso difícil”.

También habló sobre los cambios que ha tenido el reinado en los últimos años.
“Siento que Miss Universe Colombia está buscando líderes, y esos liderazgos no tienen tallas, tienen voces. Y esas voces pueden estar en el cuerpo de una mamá o de una chica de 18 años. Soy una mujer afro y decidí que no iba a hacer transformaciones en mi cuerpo para verme más delgada y modificar la forma de mis caderas; no tengo medidas de 90-60-90, y ¡eso es lo que hay! Utilizo mis trenzas y mi cabello rapado y con eso inspiro a otras personas”.
Al culminar sus estudios, Lina quiso convertirse en ejemplo para otras niñas que ven como imposible lograr este tipo de logros.
“Y lo que veo a veces en las aulas de clase es desesperanza. Me dicen: ‘profe, quiero ser doctora, pero no hay posibilidad’. Y no es que crezcan con resentimiento, es que a veces no tienen alguien que les demuestre lo contrario. Que sí se pueden lograr las cosas. Yo tampoco la tuve fácil. Logré mis estudios universitarios a través de una beca para población vulnerable de Buenaventura”.






