En diciembre de 2020, Norleima Ariza se contagió de covid-19. A pesar de los cuidados que implementó en su vivienda y las restricciones que adoptó junto a sus familiares, el virus habría llegado tal vez al recibir un mercado a domicilio.
Tos, fiebre y congestión nasal fueron algunos de los síntomas que presentó la mujer, los cuales “combatió” durante varios días con remedios caseros que han transcendido en su familia a través de las generaciones y algunos medicamentos recetados por un médico.
En los controles, los profesionales de la salud le auguraban que los síntomas desaparecerían con el transcurrir de los días. Sin embargo, esto no ocurrió y a pesar de que recibió el alta médica tras 15 días de tratamiento, en su cuerpo aún se sentían los estragos generados por el virus.
“Subir las escaleras de mi casa se convirtió en un martirio, porque me ahogaba. Tampoco podía caminar distancias largas, porque me tocaba sentarme a reposar por varios minutos. Eso no me pasaba antes de haberme contagiado por covid-19”, sostuvo Ariza, quien reside en el barrio Carlos Meisel, en el suroccidente de Barranquilla.
Radiografías de tórax, terapias respiratorias y el uso de medicamentos especiales hicieron parte del tratamiento que tuvo para superar ese impasse. Empero, el covid-19 volvió a “invadir” su cuerpo en abril de 2021, teniendo síntomas más severos debido a dichas secuelas.
“Me dio muchísima ansiedad porque no podía salir y no encontraba que más hacer. Los remedios caseros ni medicamentos carísimos me funcionaron. Con el transcurrir del tiempo he podido ir superando los síntomas más graves, aunque en algunas ocasiones sigo teniendo cuadros de ahogo cuando realizo esfuerzos físicos”, agregó.
Ese cuadro que ha vivido Norleima Ariza no es aislado. Según los estimativos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre el 10 % y el 20 % de las personas que han padecido covid-19 pueden seguir experimentando síntomas como fatiga persistente y grave, dificultad para respirar y problemas de salud mental.
Así lo reiteran estudios adelantados por Mayo Clinic en Estados Unidos, que detectaron que una de cada cinco personas entre 18 y 64 años presenta algún síntoma asociado a este síndrome tras haber estado contagiado. La estadística en mayores de 65 años, en este mismo estudio, es de una de cada cuatro personas.
Esta condición ha sido definida, por las autoridades sanitarias a nivel mundial, como el síndrome poscovid o covid de larga duración y suele presentarse en las personas que, tras dos meses del contagio, persisten con síntomas que no pueden explicarse por otro diagnóstico.
Juan Manuel Anaya, director del Centro de Investigación e Innovación en Salud (CIISA) de Coosalud EPS, indicó que el síndrome pos-covid puede presentarse como diferentes tipos y combinaciones de problemas de salud durante diferentes períodos de tiempo.
“La mayoría de los autores consideran que el síndrome poscovid en niños es similar al de los adultos, aunque algunas características podrían variar. Además del síndrome poscovid, tanto los adultos como los pacientes pediátricos pueden desarrollar un síndrome inflamatorio multisistémico, que comúnmente se presenta hasta 6 semanas después de la enfermedad aguda”, aseguró el especialista médico.
Anaya recalcó que muchos profesionales de la salud desconocen el síndrome y eso tiene implicaciones en su tratamiento. Sin embargo, explicó, se ha evidenciado que se presenta principalmente en mujeres, en personas adultas mayores, en aquellos que tuvieron una enfermedad severa, en los fumadores y en aquellos pacientes que se re-infectan.
“Las principales manifestaciones del síndrome pos-covid son musculo-esqueléticas (fatiga, dolores articulares y musculares), respiratorias, digestivas y neurológicas, incluida la depresión, presente en el 35% de los casos”, agregó.
Por su parte, el epidemiólogo Juan Pablo Moreno indicó que el impacto ha sido relevante en el personal de la salud, que hizo parte de la primera línea de batalla contra el virus.
“Lo que se ha visto en algunos pacientes es una variabilidad de síntomas en los sistemas cardiovascular o respiratorio, así como en el estado anímico. En el personal de la salud, el 30 % de los contagiados quedaron con secuelas como ansiedad o insomnio”, sostuvo.

El sistema de salud en el país ha podido responder, hasta el momento a las necesidades en salud de la población tras la pandemia.
Así lo sostuvo Humberto Mendoza, secretario de Salud del Distrito, quien fue enfático al sostener que se debe esperar la evolución de estas condiciones.
“Se puede generar un número mayor en las consultas externas y en las urgencias, sin embargo no se ha medido objetivamente en el mundo los impactos reales de dicha condición”, expuso.
Puso de presente, además, que la “mejor manera” de prevenir esta condición es al evitar el contagio con el virus.
Por eso recomendó que se complementen los esquemas de vacunación: “Las mujeres embarazadas, los adultos mayores y las personas con enfermedades de base deben tener todas sus dosis de la vacuna al día”.
Para el epidemiólogo César Visbal, el síndrome poscovid se constituye en un reto “clínico y financiero” para el sistema de salud colombiano, debido a que genera un aumento en
las frecuencias de usos de servicios.
“La covid-19 ha sido una enfermedad emergente. Eso ha conllevado a preparar la capacidad instalada de las IPS para garantizar la capacitación y actualización del recurso humano”, expuso el especialista.
Fue enfático al sostener que se debe profundizar la producción científica y fortalecer las capacidades del recurso humano en salud debido a este desafío.
“La Unidad de Pago por Capitación (UPC) definida no contempla esta contingencia por ser una enfermedad emergente. Por eso la financiación de la atención debe realizarse por una vía diferente, puesto que ponemos en riesgo la sostenibilidad financiera de los actores del sistema”, agregó el experto.
Al respecto, el director del Centro de Investigación e Innovación en Salud (CIISA) indicó que es necesario contar con tratamientos evaluados en ensayos clínicos controlados y aleatorizados, que se deben anteceder por investigación sobre los mecanismos por los cuales se desarrolla esta nueva enfermedad y establecer criterios de diagnóstico y de evaluación de la actividad de la misma.
“También se deben garantizar los seguros y pago de la incapacidad por parte de las aseguradoras y administradoras de riesgos laborales”, dijo.
Alma Solano, secretaria de Salud del Atlántico, sostuvo que la confluencia de pacientes con el síndrome pos-covid se constituye en la oportunidad de establecer “vías clínicas coordinadas” que permitan la integración de recursos de atención primaria y atención hospitalaria especializada. Agregó que es consecuente la creación de una consulta covid monográfica hospitalaria.
“Los pacientes con ingreso hospitalario prolongado o con sospecha de secuelas al alta se evaluarían de forma sistemática en la consulta covid, con un seguimiento adaptado a las necesidades de cada caso. En pacientes hospitalizados sin sospecha de secuelas, pero con afectación moderada-grave se realizaría una evaluación telefónica mediante cuestionario estructurado a las 12 semanas tras la infección”, expuso la funcionaria.
Agregó, además, que en pacientes hospitalizados sin sospecha de secuelas, pero con afectación moderada-grave se debería realizar una evaluación telefónica mediante cuestionario estructurado a las 12 semanas tras la infección.
“En caso de presentar síntomas persistentes, se indicaría una evaluación protocolizada en atención primaria. En función de esta valoración se pueden consensuar los patrones para la derivación a la consulta covid, bien presencial o telemedicina, o seguimiento en atención primaria”, explicó.
La secretaria de Salud del Atlántico recalcó que se debe información a los pacientes sobre las situaciones post-covid, tales como síntomas más frecuentes y de alerta, así como medidas generales para su control.
“En cuanto a la prevención, en las campañas de promoción de la vacunación se podrían incluir mensajes que indiquen que prevenir la covid-19 también previene los síntomas persistentes posteriores con efectos potenciales sobre la salud a largo plazo”, puntualizó.







